Por fin encuentro una conexión decente y puedo subir el post.
Lo primero decir que nos dio mucha mucha penita despedirnos de María y Yubero y de Indonesia en general, volveremos seguro, porque es una maravilla y nos ha quedado muchísimo por ver.
El viaje a Manila fue larguísimo, primero volamos desde Labuanbajo a Bali, otra vez impresionados por el aeropuerto de Labuanbajo, en el que en vez de haber un monitor con los vuelos y tal, había una televisión y todo el mundo estaba viendo un combate de boxeo…
En Bali nos despedimos de María y Yubero, una penita enorme, y unas 6 horas después por fin salía nuestro vuelo a Singapur, donde estaríamos también unas horas para luego ya continuar a Manila.
Tuvimos un mini percance o mini malentendido con la compañía aérea y la maleta iría solo hasta Singapur, pero allí lo solucionamos y la mandaron para Manila sin tener que salir y hacer visados y tal.
Llegamos a Manila a las 5 y media de la mañana, muertitos, y yo un poco preocupada porque habíamos leído que es una ciudad un poco chunga y que hay muchos timos y tal.
En el aeropuerto de Singapur también alucinamos, madre mía, había de todo, miles de tiendas, sobre todo, incluso una tienda de M&Ms, tan impresionante como el de Labuanbajo cada uno por sus particularidades.
Cogimos un taxi desde el aeropuerto hacia Malate, que es la zona donde hay más hostales y tal para guiris, y tuvimos nuestro timo, del que habíamos sido avisados por la guía, el taxímetro estaba trucado, menos mal que sabíamos que eso pasaba y que en el aeropuerto nos habían dado un papel que decía que el taxímetro debía subir cada 300 m y estaba subiendo cada 50 aprox. Se lo dijimos y empezó a subir poco a poco, deben de tener algo en el pedal de aceleración, el timo consistía en que ponía que íbamos a ciento y pico km por hora y en realidad iríamos a 50 o 60, así que calculaba que recorríamos mucha más distancia. Hoy que hemos vuelto a coger taxi para volver al aeropuerto, sabemos que al final nos timaron unos 100 pesos (1,6 euros), que no es mucho, pero en realidad en porcentaje era más de un 50% más, en fin.
Al llegar fuimos a buscar hostal y nos quedamos en el primero de la lonely, un poco caro para ser una pensioncilla, pero la verdad es que hemos estado cómodos. Yo llegué muerta y un poco malita de tantas horas de aire acondicionado a tope como a ellos les gusta, así que me eché a dormir unas horas.
Cuando me desperté decidimos ir esa tarde a Makati, que es como la Manila nueva, los rascacielos, centros comerciales… aquello es como Manhattan.
Estábamos un poco desubicados, así que dimos paseíto y a cenar, fuimos a un indio bueno, pero carillo, la zona de Makati parece que es carilla en general, pero bueno.
Al día siguiente fuimos a Intramuros, que es el casco histórico de Manila.
Intramuros es el centro histórico de Manila, de la época de la colonización española, para nosotros fue un poco volver a la Habana, la ciudad está bien y la fusión de vocabulario español-tagalo-inglés es muy divertida.
Dimos un paseo por la muralla, al otro lado estaban las pistas de un campo de golf, así que…
Cuidadito con las pelotas de golf, que te puedes llevar un buen chichón.
Volvimos a ver una iglesia católica, después de ver templos de tantas religiones, jeje, es patrimonio de la Unesco, y es la de San Agustín.
Con Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita.
Luego fuimos a comer a un puestecillo con muchos universitarios, súper chulo, súper bueno, súper barato y súper majos.
Vimos también la catedral de Manila, en obras.
Luego fuimos al Fort Santiago.
Montamos en triciclo y al parque Rizal.
Y acabamos en el paseo marítimo, que era el Malecón total, cuántos recuerdos cubanos.
De allí hemos venido para la isla de Palawan, y estamos en el Nido, que es el paraíso, así que no os perdáis el próximo post.