El motivo principal por el que vinimos a Chengdu fue para ver pandas. Yo no me resignaba a venir a China y no ver pandas. El panda es uno de mis animales favoritos y seguramente mi animal totémico, es decir, el animal que más me representa.
La primera vez que oí hablar del animal totémico fue a Alberto, me contó que los boy scouts hacen como una ceremonia en la que el grupo le asigna a cada uno un animal totémico junto a un adjetivo. Y él me dijo que yo era pingüino, la verdad es que me sentía muuuuy pingüino (casualmente, seguro que no es casualidad, uno de mis animales favoritos). Algún año después en un curso maravilloso de PNL la profesora nos explicó que podíamos tener un animal de fuerza, una especie también de totem, y para colmo de los colmos en el libro de texto de 3º de la ESO de Barcanova, libro que hace 3 años que utilizo en clase, la primera lectura es un fragmento de “La ciudad de las bestias” de Isabel Allende, en la que el protagonista descubre que el puma es su animal totémico. Y trabajamos en clase el totem, algunos de los alumnos lo encuentran, porque a veces es muy obvio, otros no.
La cosa es que yo era muy pingüino, pero con el tiempo uno va evolucionando, y no sé muy bien cómo, cada vez me sentía más panda. Seguramente por el curso de PNL y la reflexión del animal de fuerza. El panda me inspira un montón de tranquilidad, así que ya puede estar acabándose el mundo, que ellos siguen sentados con su bambú en mano. Así que yo para no ser tan nerviosa, cuando las situaciones me superan, muchas veces me imagino con mi bambú y funciona, jeje. (Pensaréis que estoy loca…)
Pero claro yo soy alborotada y polvorilla por naturaleza, así que no podía ser panda cien por cien, hasta que vi la película de Kung Fu panda, y descubrí que mi tótem es panda peleón, paso de la tranquilidad total al ataque en un minuto. Y para colmo, Alberto encontró un videojuego nuevo que iba a salir y en el tráiler había un panda peleón, “Pandaria”, y soy taaaaan yo. El tráiler es horrible y seguramente el videojuego también, pero ese panda peleón… jejejeje.
Ahora entenderéis porque mi pasión por los pandas, por todo esto, porque me siento súper identificada, y porque son lo más bonito del mundo (que es por lo que a todo el mundo le gustan, claro). Pero ese día que pasamos con los pandas… podía mirarlos horas, porque hasta como se mueven (súper torpes), son como yo.
En fin, llegamos a Chengdu hacia el mediodía y la ciudad es famosa por sus teahouses, así que esa tarde solo queríamos ir a tomar un buen té. Para nuestra sorpresa, por el desconocimiento total, Chengdu resultó ser una ciudad brutal de millones de habitantes, de rascacielos, de tiendas pijas… íbamos caminando hacia el people’s park (allí había teterías) y nos sentíamos absolutamente en la 5ª avenida, una pasada.
Cuando llegamos al parque, había un montón de teterías alrededor de un pequeño lago. Pedimos un té y rápidamente se acercaron a ofrecernos algo, rápidamente dijimos que no, ni idea de qué querían. Pero la pareja de la mesa de al lado, de Singapur, nos dijeron que querían limpiarnos los oídos y que era una experiencia inolvidable, ellos habían venido expresamente a eso, que lo teníamos que hacer, yo lo había leído en la guía también. Así que fueron a buscarlos para que nos limpiasen los oídos. Ataviados con una linterna de minero y un montón de aparatejos, se pusieron manos a la obra, en mitad de la terraza, con todas las otras mesas con gente tomando el té. Raro raro, jeje. Sobre todo cuando al final te meten el “bastoncillo” (por llamarlo de alguna manera) y con unas pinzas lo golpean de manera que por la vibración, se convierte en una especie de cepillo eléctrico. Raro o no raro????
Luego nosotros seguimos con nuestro té. En China toman sobre todo té verde, o solo o con jazmín. Siempre ponen las hojas enteras directamente en el agua, y como luego van para abajo, lo beben sin filtros ni nada. En el caso del jazmín, como parece ser que las flores flotan, se ayudan de la tapa para no tragárselas, jeje. Pero lo que para nosotros es más curioso, es que con las mismas hojas hacen mil tés. Es decir, van rellenando el vaso, y sigue estando bueno, tantas veces como quieran, y no parece que se oxida ni nada. En España tú no puedes reciclar una bolsita de té, se nota y está mucho peor, yo lo hice una vez en Edimburgo y mi compañera, Carolyn, me dijo que qué había hecho, se notaba mucho, jeje.
Aquí sin embargo te sientas con tu taza, unas hojitas y un termo enorme, así luego tú te vas rellenando.
¿Podría o no podría ser Nueva York?
Luego, fuimos a cenar, un plato típico de Chengdu es el hot pot. El hot pot parece ser que es originario de Chongquing, pero aquí tienen una versión propia. Lo puedes pedir picante, no picante o mitad y mitad. Nosotros optamos por la tercera opción, por si las moscas. Esto del hot pot significa que te ponen como el caldo a hervir y tú vas cocinando allí las cosas que quieras. Rollo como una fondue. En este sitio, tú cogías pinchitos y al final te contaban los palitos, como en los restaurantes de tapas vascos, nosotros nos comimos un montón.
Al día siguiente, nos levantamos temprano para coger el bus de las 7 e ir a ver a los pandas. En Chengdú, en las afueras de la ciudad hay un centro en el que viven unos 50 pandas, y también otros tantos pandas rojos, yo no lo había oído nunca, así que no sabía cómo serían. Los pandas, en esto absolutamente al contrario que yo, parece ser que están más activos por la mañana, también porque es la hora en que les dan de comer, jeje. En el bus conocimos a Larissa, una compañera suiza del albergue, muy simpática. Cuando nos bajamos en la parada que nos dijeron, no veíamos lo de los pandas por ningún lado, preguntamos a una chica china, que también iba para allí, así que los cuatro caminamos hasta la puerta y ya decidimos visitarlo juntos. Las chicas estábamos muuuuy emocionadas, Money, la chinita, gritaba, yo un poco también, y al final, hasta Larissa, estuvimos a punto de conseguir que Alberto también diese grititos de la emoción, jeje.
Money llevaba el mapa y nos iba guiando por todo el lugar, preguntando a otras personas… una ayuda, la verdad, porque el sitio es muuy grande. Hicimos el itinerario de 3 horas, y la verdad que yo no me cansaba de ver pandas (Alberto creo que al final un poco sí, jeje).
Os dejo fotos de los pandas que vimos en general, es difícil escoger, pero bueno.
Love is in the air!!! Estamos en época de apareamiento, jeje.
Y mirad qué mono el chiquitito para subir a la plataforma.
Se puede ser más torpe y más lindo????
Entonces después fuimos a ver los red pandas. Money creía que se llamaban así porque según ella los pandas cuando nacen son rojos!!! jajajaja, pero no, claro, es otro animal, un animal diferente, incluso de diferente familia. El tema es que se descubrieron primero los pandas rojos y se llamaban solamente “panda”, pero cuando descubrieron a los pandas blancos y negros, quisieron llamarlos “pandas”, así que los otros se empezaron a llamar “red pandas”, en fin.
Son muuucho más pequeños y más parecidos a un mapache que a un oso panda, de hecho podrían ser una especie de zorrillos o gatos, son también muy bonitos. Como son mucho más pequeños se mueven por donde quieren, aunque tienen una zona aislada, es facil que vayan por el camino de las personas, así que los tuvimos verdaderamente cerca, jeje. (Alberto menos, claro, porque el lo de los animales… mejor de lejos, jejeje).
Luego nos despedimos de Money y nos fuimos a la ciudad a comer con Larissa. Money nos había recomendado una calle, cuando llegamos allí vimos que era una zona reconstruida, como el barrio antiguo, pero completamente nuevo, jejeje. Esto aquí les gusta mucho. Nos cosas que son bonitas, pero tan poco reales, es bastante Port Aventura, la verdad. En nuestras guías ni salen, pero es donde van ellos de turismo. No para comer, caro y malo, pero para fotos bonitas, parece que estaba todo puesto apropósito, jejeje.
Luego estuvimos dos días más en Chengdu bastante de tranquis, fuimos a ver un templo más, que es Wenshu, que nos pareció precioso y justo había monjes budistas cantando y la zona reconstruida de alrededor. En este caso el templo tenía un jardín maravilloso y como llegamo tardecillo, estábamos solos, un paseíto bueno bueno.
Y el último día también de tranquis fuimos a otro sitio que nos había recomendado Money, ya sabíamos bastante lo que esperar, era otra zona moníiiisima reconstruída, al final les cogeremos el gsto, jeje.