Llegamos en avión desde Krabi, cogimos una mininan para los nueve por 1000 bath y nos fuimos hacia nuestro hostal, el Erawan House en Soi Rambuttri. Las calles en Bangkok son un jaleo, porque bajo el mismo nombre hay calle, callejón, callejilla, jejeje, un soi es un callejón. Rambuttri es la calle paralela a Khaosan road, la calle mochilera más famosa del mundo, donde hay tiendecillas, puestecillos de lo más variado (con bichos, para hacer falsificaciones de documentos…), los hoteles más baratos… es una locura. Mucha gente cree que el nombre proviene precisamente de “kaos”, pero nuestro súper taxista nos dijo que “ khaosan” es la semilla del arroz, y es por hace tiempo aquello eran arrozales también.
Como en Chiang Mai nos había entrado la fiebre del shopping y Alberto decía todo el rato que en Bangkok sería más barato… queríamos ir de compras el primer día a una torre, la torre Bobae, donde se supone que compran los mayoristas, la cosa es que llegamos y estaba cerrado, así que Alberto propuso ir a un centro comercial, el MBK que también tenía un mercadillo dentro. Allí nos dividimos, y quedamos una hora después. Alberto que quería enviar su mochilón a España porque es demasiado grande, compró un TROLLEY, así que directo al infierno de los mochileros, jeje. Bueno, debo decir que es mochila-trolley, dos en uno y tenía muy buena pinta, ahora, días después está muy contento con su compra. También los nueve aprovechamos para buscar regalo para nuestro amigo invisible, porque como íbamos a pasar los reyes juntitos… A mí, que me he portado muy bien, me trajo la guía de lonely planet de China.
Al día siguiente empezó el turismo de verdad, fuimos a ver Wat Phra Kaew y el palacio real, lujo, ostentoso a tope. Nos hicieron taparnos, bueno, menos a Alberto y a mí, que somos más recataditos, jeje. Justo coincidió que empezaba una visita guiada gratis en inglés. Es el templo donde está el buda esmeralda (tiene el síndrome Monalisa, cuando lo ves no te lo esperabas tan pequeño), además tiene 3 trajes de oro, de verano, de invierno y para la estación lluviosa. Ahora tenía puesto el de la estación lluviosa (que ya ha pasado) y encima la capa de invierno. El conjunto monumental está compuesto por un montón de templos, ya que cada rey iba añadiendo un templo más, y tiene un mural de más 500 metros. También descubrí que los budas
Al salir cogimos un barquito los nueve por los canales de Bangkok, estuvo genial, porque vimos Bangkok de otra manera. Había un montón de casitas, bastante monas, con sus mini embarcaderos y sus porches sobre el río. El río parecía bastante sucio, la verdad, pero vimos niños nadando y muchísimos lagartos enormes en las casas, casi parecían cocodrilos. Luego el barco nos dejó en Wat Pho, famosísimo por los masajes y porque es el templo más antiguo de Bangkok.
Wat Pho también es famoso porque tiene un buda de 46 metros de largo y 15 de alto, impresionante, recubierto de oro. la planta de los pies sin embargo, es de madreperla. Después de visitar el palacio fuimos a darnos un masajito, la verdad que era un poco diferente a otros, yo me di media hora de thai y luego media hora de pies, pero la media de thai no me supo a nada, así que ahora en la vuelta a Bangkok es fácil que repita, jeje.
Por la noche, en una terracita de nuestra calle, nos dimos los amigos invisibles, todos habíamos sido buenos, buenos.
Al día siguiente cogimos un tuc tuc y fuimos a Wat Arun, otro templo muy importante, este es un templo diferente porque no es tan dorado, este tenía más cerámica, se veía más austero. Tenía unas escaleras empinadísimas, madre mía, casi era como subir por una pared, jeje. Al salir encontramos a Palomares y a Sagra haciéndose una foto vestidos de tailandeses guerrero y bailarina, creo, así que Alberto y yo también nos la hicimos, jeje.
Desde aquí fuimos a ver el Buda de oro macizo en Wat Traimit, de 3 metros de alto y 5,5 toneladas de peso, en fin, que no tenían dinero. De hecho a mí es una de las cosas que más me ha llamado la atención de los templos budistas, lo explícito que es el tema del dinero, a ver, que sé que en los templos católicos también hay, pero aquí en un templo tenían cosas doradas colgando con billetes, todo el techo, jeje.
Luego fuimos a ver el parque Lumpini y el estadio de muay thai (el boxeo tailandés), allí había tiendas con cosas de muay thai y por fin le pude comprar una camiseta mona a mi uri, porque hasta entonces las camisetas relacionadas con el tema eran de un hortera…
Desde allí teníamos que volver para el hotel por Bea, Huete, Sagra y Palomares se iban esa noche, y aquí empezó el show. Había un atasco que no veas y no había taxis disponibles, estábamos lejísimos, así que creímos que la única opción era coger unas motos. El primer motorista dijo que 60 bath por una persona y 100 la pareja. Bea y Huete montaron en una, Palomares y Sagra en otra, yo monté en otra sola y todavía quedaban los demás por coger moto. Mi motorista, no tenía ni idea de donde iba, así que después de un rato, paró a preguntar a otros, cuando dije que iba a la zona de Khaosan, me pidieron más dinero, yo como sabía lo que le habían pedido al resto, pensaba que me estaban timando, pero bueno, pensé que podía pagar 100, de hecho no sabía si tenía más. La cosa es que yo no lo entendí, pero a él no le pareció bien y me dio una vuelta que te mueres para volverme a dejar en el mismísimo sitio donde había cogido la moto, súper colgada. Solo tenía 120 bath, así que paré a la siguiente moto, al hombre le parecía poco, me intentaba negociar, pero yo solo tenía eso, en fin, al final me cogió. Empezó un viaje absurdo, por lo largo, porque iba pitando sin parar, porque no tenía ni idea de dónde me estaba llevando, y no tenía ni más dinero, ni teléfono, ni mapa. Pensé que no me daría tiempo a despedirme de los que se iban, pero que menos mal que me había pasado a mí (eso esperaba) que no tenía que coger el avión. Después del viaje absurdo, descubrir que el hombre no sabía llegar, y que iba preguntando a todo el mundo y pitando, claro, al final llegamos a soi rambuttri, me fui rápido para el hotel y vi a Palomares, solo le pregunté: ¿ya está todo el mundo? y me dijo que no, que ellos eran los primeros y que acababan de llegar, que a su motorista tampoco sabía donde era, que los había intentado bajar y ellos no se habían bajado y que conducía como un loco. Pero, ¿dónde estaban Bea y Huete? Solo recordábamos que no tenían dinero y alguien les había prestado para la moto, pero ahora sabíamos que ese trayecto valía más.
Entonces llegaron los que yo había dejado en tierra, Mar, David, Eli y Alberto, que al final habían seguido caminando y encontraron un taxi, pero Bea y Huete no llegaban. Alberto puso a cargar el móvil (sí, los dos íbamos sin batería…) y llamó, menos mal que ya estaban abajo.
Bueno, yo creo que era la última aventura antes de irse, no? Habían montado en taxi, furgo cutre en bancos detrás, furgo pija de 12 plazas, tuc tuc cutre de Koh Lanta con una especie de sidecar, tuc tuc más apañado de Bangkok, así que faltaba la moto, jeje. El problema es que son conductores analfabetos que aunque les enseñes la tarjeta del hotel, no saben llegar, pero bueno, happing ending, que es lo que importa.
Los cinco que quedamos, hicimos noche tranquila porque al días siguiente cogíamos el autobús a Siam Reap (Camboya) a ver los templos de Angkor. La aventura no se había terminado…
3 respuestas a «Bangkok»
Qué bonito todo Ana!!!
Las fotos me encantan…me alegro que os lo esteis pasando tan bein!!!Estais super guapos todos. Es casi magia…parece que estés aqui por el whatsapp pero estas tannnnnn lejos!!
Disfruta guapa que cuando vuelvas haremos un fiestón!!!
Besos para tí, Alberto y tus amigos de Cuenca que, aunque no los conozca, parecen muy majetes!!!
Bueno…pero,entonces ¿pudieron coger el avión o qué? 🙂
Sííí, menos mal, jeje