El viaje de Kelardasht a Capadoccia fue interminable, al final 26 horas entre unas cosas y otras, aunque pasando la tarde en Teherán en casa de Sahar y saliendo a cenar en medio, jeje.
Pero por fin llegamos a Capadoccia, y yo aluciné nada más llegar con lo súper bonito que era. El primer día solo fuimos a dar un paseo y subimos la montaña para ver atardecer desde un mirador, y ya nos encantó.
Nos quedamos en Goreme, y creo que es el sitio donde hay que quedarse, el pueblo es súper turístico, pero es una monada, hay millones de hoteles bonitos, un fotógrafo encontraría material infinito para la Bioguía (que yo los sigo en Facebook y ponen las fotos de los sitios más bonitos del mundo).
Nos quedamos, el Dream cave, el hotel estaba genial, nuestra habitación era una cueva y estuvimos súper a gusto, el desayuno genial… y bien de precio. Y allí nos explicaron un poco como están organizadas las cosas que hacer en Capadoccia, y es que está todo como súper organizado para el turismo. Así que había varios tours, el rojo, el verde, el azul y el amarillo. Y valían unos 40 euros por persona cada uno, pero además de ser mucha pasta, a nosotros el rollo tour tampoco nos va, así que decidimos que cogeríamos unas motos y haríamos el rojo, que es el más guay y el verde. Y también nos enseñó diferentes compañías de globos, la más barata que tenía era Universal, por 100 euros, y aunque Alberto no estaba convencido, porque es mucha pasta, yo insistí y lo reservamos, así que al día siguiente, a las 4 de la mañana en pie, jeje.
La puerta del medio era nuestra habitación escarbada en la roca.
Las vistas desde la terracita.
Nos levantamos con la torta, nos subieron en una furgo y nos llevaron a desayunar, en el desayuno conocimos a los otros dos chicos que venían de nuestro hotel, David y Bianca, creíamos que eran una pareja muy bonita, pero resultó que se habían conocido el día de antes, jeje. Hacían una buena no-pareja, qué penita, jeje.
El tema es que nos tuvieron rato esperando, no entendíamos el madrugón y es que resultó que había mucho viento y la torre no permitía volar ese día, un pena, sobre todo para Bianca que era su último día. Nosotros teníamos otra oportunidad todavía, a ver.
Bianca y David se apuntaron al plan de la moto, así que empezamos ese día por hacer el recorrido verde, que era más largo, pero madre mía, largo largo, jeje.
Estos son David y Bianca, nuestros compañeros!!!
Cosas que pasan en la carretera en Capadoccia…
Fuimos también a ver una ciudad subterránea, más impresionante y laberíntica que la que habíamos visto en Kashan.
Nos tuvimos que volver veinticinco kilómetros antes de donde queríamos llegar porque hacía muuuuucho viento, y con la moto… pero a cambio nos bañamos con los aspersores y nos tomamos algo en el mejor sitio del mundo, el Caveman, que no había ni camarero, así que hicimos self service, pero unas vistas, y nos hicimos unas fotos de recuerdo.
Y nos despedimos de Bianca, snif snif, pero mejores amigas en un día, jejeje.
Al día siguiente, volvimos al madrugón y a intentar lo del globo, y aunque empezó todo con retraso y nos temimos lo peor, nos hicieron esperar, pero volamos!!! Lo mejor del mundo, me encantó, las vistas son impresionantísimas, los globos preciosos… Una experiencia súper recomendable, la verdad.
El globo subía y bajaba y te acercabas un montón.
El aparato a mí me impresionó y todo novísimo, se siente uno muy seguro, es como flotar.
El capitán al final además nos dio una medalla a cada uno y una copita de “champán”
Se siente uno como si hubiera ganado una medalla olímpica, jeje.
Y al día siguiente, Alberto y yo volvimos a coger las motos y a hacer rutilla, David cogió las bicis con otros amigos, pero nos encontramos en un mirado.
Capadocia nos encantó y es que las fotos hablan por sí solas, y eso que yo no hago buenas fotos, la verdad.
4 respuestas a «Capadoccia»
Que bonito es Capadoci!
Tengo ganas de ir allí!
Súper bonito, tienes que ir!!!
Muy chulo el vuelo en globo y el cielo sembrado de globos multicolores.
¿Qué os falta por ver , hacer….Os queda algún sitio donde no hayáis estado?
Nos quedan un montón de sitios y un montón de cosas por hacer, así que habrá que hacer más viajecillos, jeje