Y por fin llegaron María y Yubero. Después de nuestros primeros días en Indonesia estábamos encantados con la gente y con que aunque se suponía que era época de lluvias, nos estaba respetando bastante el tiempo, pero… en nuestro viaje de autobús de Wonosobo a Yogyakarta empezó a llover, cuanto más nos acercábamos más llovía. Donde nos dejó el autobús, cogimos un taxi que estaba parado, pero solo en ese segundo ya íbamos calados, y temiendo que ahora que llegaban María y Yubero, no parase de llover. Que nos llueva a nosotros en un viaje de ocho meses está asumido, pero que cojas tres semanas de vacaciones y no pare de llover…
Llegamos al hotel, que a mí me pareció precioso con la piscina… (aunque en ese momento era todo piscina, la verdad…) y fuimos a recepción a preguntar si creían que pararía de llover, si llovía todos el rato, todos los días… Yo iba preguntando y la chica asentía con la cabeza todo el rato, sí, sí, me quería morir. ¿Llueve todo el día? Sí. ¿Todos los días? Sí. Y ya al final la pobre me dice: “I don’t speak English”, menos mal, no estaba entendiendo nada.
Y entonces llego el chico y le dije que estaba preocupada porque venían nuestros amigos y les iba a llover mucho y me dijo: “no te preocupes, si llueve mucho, el avión aterriza en Solo o da vueltas en el cielo”, aaaaaaaaaaaaaaaaah, y yo estaba solo preocupada por si se mojaban mucho en las vacaciones…
El tema es que parece que por ahora el tiempo se está portando muy bien, y nos ha llovido, pero no nos ha impedido ver y hacer las cosas, así que no nos podemos quejar nada.
El primer día fuimos a ver el Kraton de Yogyakarta por la mañana, se trata del palacio real, una mini guía (porque la señora además de encantadora, era minúscula) nos iba explicando las curiosidades del sultán, del padre del sultán… Y descubrimos cosas como que al padre del sultán (hay una habitación del museo dedicado a él) le gustaba cocinar, era boyscout… Parece ser que cuantas más aficciones tienes, más orgulloso tienes que estar. Y allí en el museo, tenían hasta las espumaderas y cuchillos que usaba, jeje.
En el Kraton había además institutos visitándolo y los adolescentes nos pedían hacerse fotos con nosotros, super emocionados, yo creo que su favorita era María, porque la ven tan alta y tan blanquita…
Y al final había un pequeño concierto con sus instrumentos y tal, a Yubero le encantó, jejeje.
Luego cogimos una bicicleta de esas que el hombre va pedaleando detras para ir al alun alun, la plaza, donde hay dos árboles y si con los ojos tapados desde el principio de la plaza consigues pasar por el medio, se supone que tendrás buena suerte. En el medio eran todo charcos, pero María y yo, muy aventureras, nos tapamos los ojos y pasamos por todo el medio, jejeje, los chicos no quisieron.
Como el señor que nos llevaba a María y a mí era encantador, le dijimos si nos acompañaba y nos enseñaba más cosas. Nos llevó al castillo de agua, donde el sultán había construído tres piscinas y una torre. Una piscina, era para las bailarinas, porque en los jardines se representaban danzas, otra para sus mujeres y una última al otro lado, para la reina (la primera mujer). Él desde la torre lanzaba una flor a la piscina de las mujeres y ese día “dormía” con la que la conseguía. Era una manera de asegurarse que “dormiría” con una que tuviese muchas ganas de dormir con él, ya que habría luchado por conseguir la flor.
(Espero haber entendido todo lo que explicaba el hombrecillo y no estar diciendo ningún disparate)
La reina desde la piscina se sentaba en la escalera y el rey desde la torre la miraba.
Luego nos llevaron a un sitio a ver el proceso de creación de las marionetas típicas de indonesia, que son marionetas planas de piel de búfalo con mucha filigrana.
Lo primero que hacen es dibujarla y recortarla.
Luego con un martillo y un punzón van haciendo todos los adornos, pequeños agujeros…
Luego la pintan y con una concha alisan bien la superficie, donde luego ponen un barniz.
Y luego con cuerno hacen como la pinza en la que se sostendrá la marioneta. Nos explicó que es como desenrollando la fibra del cuerno, muy curioso.
Y cuando está acabada, la marioneta queda así:
El hombrecillo además nos llevó de paseo por las calles más chulis, llenas de grafitis, gente pintando batik…
Y nos acercó a Malioboro, que es la calle más comercial. En Malioboro fuimos lo primero a la oficina de turismo, la primera que vamos en todo el viaje, nos dieron un mapa y mucha información sobre cómo llegar a los templos de Prambaran y Borobudur, que son patrimonio de la UNESCO y lo más importante de la zona. A Prambaran se iba en autobús precisamente desde la calle Malioboro, así que fuimos a comer algo y aprovechando que no llovía, nos fuimos para allí.
Prambaran nos encantó.
También cogimos un guía que hablaba español y empezó super bien, pero luego el pobre no debía saber resumir, y nos daba tanta información… a mí se me olvidó absolutamente todo, pero me quedé con cositas del budismo, decía que las otras religiones venden “la Verdad”, el Dios todopoderoso, mientras que el budismo apuesta por “el Autoconocimiento” y nos decía cosas así espirituales que no recuerdo, con un boli hacía el puente, para un lado y otro, un poco raro, jeje.
Yo cuando no podíamos más le dije que también queríamos ver el templo Sewu, uno chiquitito que hay al lado, y el hombre dijo muy bien que aquí terminaba la visita. Yo comenté que qué casualidad que me podía haber callado, pero Alberto dijo que no era casualidad, que había pillado muy bien la indirecta, fue taaan discreto el pobre que yo no me enteré.
Al día siguiente fuimos a ver Borobudur, y todavía nos impresionó más. Aquí también cogimos un guía que hablaba español (me parece tan increíble que tan lejos haya gente que aprenda español) y fue extraordinario, este resumía un poco y aunque nos contó mil cosas, se nos hizo más ameno.
El calor era brutal y yo saqué mi paraguas para protegerme del sol, ellos alquilaron un paraguas también, menos mal, porque yo luego igualmente me había quemado. De hecho es que la piedra ardía. Borobudur significa la biblia de Buda, porque en los relieves de la piedras todo alrededor está “escrita” toda la historia de Buda.
Alberto está leyendo un libro sobre el budismo para entender más cosas y dice que en principio no hay dioses, pero como hay mucha mezcla con el hinduísmo, pues en los templos si que hay. Y parecer ser ellos siguen las enseñanzas de Buda. Cada x años viene a la tierra un nuevo Buda, se reencarna y olvidan al anterior. El que hay ahora tiene unos mil años y se llama Gottama. En los relieves nos explicó la historia de un ciervo que estaba con otros animales y apareció un dios disfrazado de mendigo, todos los animales ofrecieron cosas, como frutas el mono, leche el lobo… y el ciervo como no tenía que ofrecerle…
Prendió unas ascuas para sacrificarle y ofrecerle su carne…
Así que el ciervo se reencarnó en Gottama, Buda.
Lo más característico del templo es que tiene cientos de campanas de piedra y dentro de cada campana, hay un buda. Uno está descubierto. El templo ha sufrido varias destrucciones, por el volcán, un atentado terrorista… y para conservarlo, lo que hicieron fue que lo desmontaron y lo volvieron a montar, habiendo marcado todas las piedras una a una. Además también faltan bastantes cabezas de buda, como 100 de los 500 que hay, algunas porque las regaló Indonesia a otros países, y Bélgica las había devuelto ya, pero Holanda, por ejemplo, no.
Luego fuimos a ver otro templo más pequeño que está a unos tres kilómetros y al salir se puso a llover otra vez, así que no nos podemos quejar nada, porque nos dejó ver todo perfectamente y ya llovió solo en el viaje y al llegar, que fuimos a comer a un sitio que yo me ofusqué con que tenía mala pinta, pero luego estaba riquísimo unas gambas y un cangrejo…
Y luego dimos un mini paseo por Malioboro, poco porque llovía y luego nos fuimos para el hotel, que Alberto tenía clase y así nos bañábamos en la pisci un poco. En Malioboro fuimos a ver un sitio donde nos enseñaron cómo se hace el Batik. Lo que hacen es van del color más claro al más oscuro y van cubriendo con cera lo que no quieren que se manche del nuevo color más oscuro. Con una especie de pipeta que rellenan de cera, hacen los adornos más pequeños y luego con una brocha con cera recubren el fondo y tal. Al final toda la cera la quitan con agua hirviendo.
El Batik se tarda mucho en hacer y es caro, nosotros compramos un pequeño batik bastante bien de precio en un sitio por el casco antiguo, en Malioboro era mucho más caro. Para saber si el batik es hecho a mano o estampado, se tiene que mirar la parte de detrás, ya que si es estampado, no estará manchada igual que la de delante y también que no sea perfecto, porque las cosas hechas a mano tienen imperfecciones. Pero vamos, yo creo que es difícil saberlo o solo hemos visto del hecho a mano por ahora.
Luego hotel y pisci y a prepararnos para el día siguiente, que nos íbamos a Solo a pasar el día, ya que nuestro vuelo sería un día más tarde desde allí hasta Pangkalan Bun, en Borneo, para ver los orangutanes.
Hasta pronto!!!