Desde el albergue genial de Chengdu contratamo por fin la excursión por el río Yangtze, un crucero de 3 días/2 noches por el río para ver las tres gargantas.
Yo, que soy inculta total y más en geografía y estas cosas, conocía el lugar porque a mi padre era uno de esos sitios que le había llamado la atención, por la absurdidez de los números (km, litros, personas desalojadas, energía que genera…).
Así que en este crucero había un micro homenaje, a él le hubiese encantado, estoy segura, y siempre me acordaré de una foto maravillosa del pantano de Contreras (lo primero que veíamos en la entrada en la provincia de Cuenca y cuando ya tan contentos nos poníamos porque quedaba menos para llegar y a partir de ahí el camino era diferente). Pues salió en el periódico una foto de este pantano maravilloso y mi padre la miraba y la miraba y decía «parecen las tres gargantas de China».
Años después, la vida me lleva por «casualidad» a ver las famosas tres gargantas y no he podido evitar todo el camino decir «es igual que Cuenca», porque os lo prometo, lo es. En una escala superior (lo de Cuenca al lado sería la maqueta) pero el paisaje, el río, las paredes, la vegetación… era Cuenca. Me acordaba de mi amiga Silvia la gallega de Edimburgo, que cuando fuimos a Noruega, no paraba de decir que los fiordos eran igualitos que las Rías Altas.
Yo cuando supe que íbamos a China, lo primero era intentar ver pandas y lo segundo, intentar ver las tres gargantas. Pero miramos en internet y los precios eran absurdos, no veíamos nada por menos de 300-400 euros, y nosotros no podemos gastar eso en 3 días. Pero en la Lonely planet, venían los precios y descubrimos que había diferentes «clases» de cruceros. Los caros son los que llaman cruceros internacionales, pero había otros chinos, bastante más baratos. Y por fin, en el albergue de Chengdu conseguimos ver precios más asequibles. Al final conseguimos el crucero en habitación doble por unos 80 y pico euros, y luego pagamos 40 y pico más por las excursiones. Porque habíamos leído que merecía mucho la pena coger luego un día un barquito más pequeño y movernos por las «three little gorges», y al final nos animamos también a ver la presa y las otras chorradillas.
Estábamos emocionados con el crucero, y de Chengdu fuimos a Chongquing, donde nos vinieron a buscar y nos llevaron a la agencia desde donde salía el autobús para Wanzhou (hay gente que hace un día más de crucero, pero lo valoramos y nos pareció que no merecía la pena). En la agencia conocimos a otro guiri, Claude, un chico suizo muy majo, y nos hablaron de un holandés (eso entendí yo) que llevaba 8 meses viajando por China. Así que estábamos encantados, dando por hecho que estaría estudiando chino y así nos podría ayudar a pedir comida y entendernos mínimamente porque en el barco chino no suele hablar nadie inglés, pero el holandés no aparecía.
Llegamos al barco ya de noche, sobre las 9, y a las 11 nos pararon a hacer la primera visita, era un templo, pero por los neones rojos cualquiera hubiera dicho que parecía otra cosa.
Y este era el pequeño pueblecito en el que estaba. Los «pequeños» pueblos chinos, jeje.
Al volver nos fuimos a dormir, ya era tarde, yo encima me quedé leyendo porque mi libro estaba muuuuy interesante, sin saber que a las 5.30 de la mañana el altavoz que estaba frente a nuestra habitación empezaría a sonar, no me quiero imaginar como será en el ejército, pero una china a grito pelado, diciendo quien sabe qué y luego nos dejaron el hilo musical. Resulta que a las 8 o así tenían una excursión voluntaria, que no hicimos porque era carilla y no parecía interesante. Así que los despertaron 2 horas y media antes!!!!!! Para matarlos.
Luego estuvimos por el barco y por fin conocimos a la leyenda, Djuna, resultó ser holandesa, no holandés, y resultó que estaba viajando en total 8 meses como nosotros, 2 en China, no hablaba Chino, pero era majísima. Fuimos a desayunar un buen arroz y noodles con ella y luego se unió también Claude, ya teníamos pandilla, los 4 guiris, luego además había un chino que hablaba inglés y que se hacía muuuuucho el encontradizo, para practicar, jejeje, más lindo.
Muy contenta, aunque hubiera matado a la del altavoz, jeje.
Los cuatro hicimos la excursión de las «three little gorges» y estuvo genial, conseguimos mesa arriba, con sombrillita y viendo ese paisaje maravilloso tomando un tecito, estuvo genial.
Luego nos cambiaron a una pequeña barca y dimos otro paseíto, nos disfrazamos y todo, jeje.
En este barquito conocimos a una china embarazada de seis meses que hacía la excursión sola, luego me explicó un drama la pobre, en fin.
Luego a la vuelta, una puesta de sol desde la parte de atrás del barco, con un tecito, qué más se puede pedir…
Y por la noche una partidita de cartas, ideal, lo pasamos bomba. Por cierto, mirad bien a Claude, el pobre Zhang lo confundió con Alberto, porque nos ven a todos iguales, jejeje.
Al día siguiente, Alberto y yo fuimos a primerísima hora a otra excursión, en esta éramos los únicos guiris. Nos llevaron en un barco dragón a una plataforma flotante medio kilómetro, brutal.
Luego volvimos por un paseo fluvial enganchado a la roca (como el de Cuenca, jeje) y vimos una roca sagrada (eso nos lo explicó nuestro querido Zhang, claro).
Y luego nos hicieron un teatrillo bastante cutre, que aunque estuve muy atenta no pille ni de que iba, en fin.
Volvimos al barco y nos llevaron ya al final de nuestro recorrido, la excursión a la presa fue un poco decepcionante, porque solo la ves por fuera, no entras ni nada, pero bueno, los datos brutales. La presa en sí tiene como 2,3 kilómetros de largo, 195 metros de alto, y de grosor 15 metros en la parte superior, y 100 y pico en la parte inferior, brutal. Pero es que el agua que sujeta es un pantano de 600 km de largo y da energía equivalente a 18 plantas nucleares!!!! Y para hacerla solo tuvieron que echar de sus casas a casi millón y medio de personas, que eso aquí no es naaada, jeje.
Conocimos también a otro señor de 80 años que hablaba inglés (¿en España existe alguien de esa edad que hable inglés?), un hombre encantador, geólogo, que cuando quiso hacer su tesis, descubrió que si no se ponía con el inglés no podía leer los documentos que necesitaba, y al final acabó siendo profesor de inglés.
Luego nos llevaron en un autobús a Yichang, ciudad donde acababa todo y desde donde teníamos que coger el tren (nosotros para bajar al sur, que ya llegaban los padres de Alberto!!!), justo en mitad de la ciudad, el autobús fue a girar a la derecha y se comió un taxi!!!! En fin, nosotros que teníamos que coger el tren los cuatro, Claude el primero, solo queríamos recuperar nuestras maletas, locura total. Pero las conseguimos y nos metimos en un taxi sin maletero los cuatro con todas las mochilonas, jeje.
Así que para Guanzhou a ver a Jaime y a los papis de Alberto!!!
En el próximo post ya somos 5.
2 respuestas a «Las tres gargantas»
Anitaa!!me acabo de leer todos los posts que tenñia atrasados!!te has puesto bien las pilas con el blog!genial!jeje…siento lo del bolso 🙁 pero, ya está superao! lo de los pandas, increible 😀 Un beso, guapa, y seguid disfrutándolo!! mua!
Lidia, así me gusta, que te pongas al día, jeje, miro yo a qué alturas contesto los comments, más atrasada imposible, jejeje.