Estando en Palawan decidimos ir también a ver el famoso Underground river, que es la atracción turística más visitada de Filipinas (mayoritariamente turismo local, nos pareció).
Ellos están súper orgullosos de su río subterráneo y de hecho fue elegido una de las nuevas siete maravillas de la naturaleza. A ver, está chulo, es un río enorme, vas con la barquita por dentro y hay millones, bueno 40.000, murciélagos. Es impresionante ver esas paredes lleeeenas de murciélagos, afortunadamente quietos y durmiendo, porque si no, me da algo.
Fuimos en la excursión con una familia filipina y unos chicos italianos muy majos.
Lo mejor fueron un matrimonio de unos cincuenta años filipino que viajaban con la madre, estaban emocionadísimos con su río y nos preguntaban si habíamos venido desde España solo para verlo, jeje, más monos.
Además el hombre, que era simpatiquísimo, nos dio grandes momentos, como cuando hablando con nosotros y los italianos dijo que era muy famoso de Italia su «pizza pie» (su especie de tarta pizza) y su torre Eiffel, jejejeje.
Los filipinos, una vez sales de Manila, son encantadores también.
Os dejo unas fotos de entrando a la cueva y tal, las fotos penosas, porque era súper oscuro todo, pero si miráis bien, veréis los murciélagos y en la otra oscura, una formación que se había hecho dentro que parecía la cara de Jesucristo, brutal.
Mirad bien la foto, las caras de Belmez al lado de esto…
En general, la visita estuvo guay, un día diferente, pero el guía era tremendo, aprendimos más bien poco de geología, porque la visita era más rollo, ahora entramos al supermercado, porque había formaciones raras que podían recordar a vegetales… muy anecdótico, la verdad, pero nos reímos.
Y esa noche de vuelta a Puerto Princesa, cenamos en el mejor restaurante de la ciudad, Kalui, todo pescado, el sitio era taaan bonito y estaba todo taaan rico, y nosotros sin la cámara, snif snif. Una pena.